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Reina del Mocho

¿Feliz día?

Llevo años pregúntandome qué celebramos el 8 de marzo. Y aún no he sido capaz de entender por qué gastar tiempo y dinero en una jornada que, en realidad, disfrutan únicamente los políticos, buscando, por lo general, el reconocimiento de pelotas y genuflexos profesionales. Hace tiempo que comprobé que lo que yo vivo como mujer tiene muy poco qué ver con lo que dicen los sesudos expertos por todos consultados.

Si trabajas, cobras menos que los hombres pero tienes que dedicar al curro más tiempo y esfuerzos, además de tener que demostrar mucho más que ellos para alcanzar determinados puestos. Si no trabajas y te dedicas a ejercer de reina mocheril, entonces eres blanco de las críticas de todos, ellos y ellas, que te tratan como si fueras una pobre estúpida.

Si te cuidas, entonces eres una lela con un gramo de cerebro desarrollado, en el que subsiste, no se sabe cómo, una única neurona, que se altera de forma acojonante si le cambian el bote del body milk, le sale un pelo allí donde se supone que no debe salir o la balanza le arroja, como si de una terrible profecía se tratara, 100 gramos de más en el peso standard. Si no te cuidas, entonces eres considerada una camionera de dudosas inclinaciones sexuales y con la capacidad de convertir al maromo que tienes al lado en una linda y primaveral florecilla.

Si sales sin tu pareja, eres un putón verbenero. Y, mucho cuidado, porque, en estos casos, suelen ser el resto de féminas de tu entorno las primeras que se ponen en guardia ante la remotísima posibilidad de que se te ocurra, con un par de copas de más, tirarle los tejos a sus chicos. Chicos que, curiosamente, si coinciden contigo en el sarao de turno, no dudarán en tirarte los tejos para luego decirle a sus femeninas parejas que, efectivamente, eres un putón verbenero. Si es tu pareja la que sale y tú la que te quedas en casa, entonces eres automáticamente catalogada en el grupo de más que posibles cornudas que algo habrán hecho para merecerse eso.  

Si te interesan temas como la política o la economía, entonces estás perdida. O encuentras a otro friki como tú, que sea capaz de aceptarte como igual y al que le resulte encantador mantener largas conversaciones contigo o, seguramente, serás considerada un coñazo. Consideración que suele ocultar en realidad el sentimiento de que si sabes tanto de esos temas, lo más seguro pretenderás ser tú quien lleve los pantalones en la relación. Razonamiento típicamente machista y mucho más habitual de lo que algunos y algunas se imaginan.

Si te gusta cocinar, siempre hay alguna amigable amiga que te suelta eso de "ay, chica, qué coñazo, yo paso de cocinar para nadie". Y, si no te gusta, entonces es el género masculino el que, una vez más, vuelve a sentirse en peligro ante una señora que pasa de ollas y sartenes.

Si te gusta limpiar la casa, eres una hortera. Y, si no te gusta, entonces eres una guarra y descuidada que no sabes llevar la intendencia doméstica, que descuidas a tu familia y que, incluso, te descuidas a tí misma lo cual puede significar que seas víctima de una depresión. Así las gastan algunos...

De verdad, ¿alguien puede decirme qué carajos celebramos hoy?

2 comentarios

Juan Manuel Grijalvo -

Sobresaliente.

El enlace al site lleva a una de mis aproximaciones al tema, la titulada "Vida y vivir más".

Espero que te interese.

Jota Eme Ge O

anonimo -

eo